El asma es una enfermedad crónica, es decir que no se cura, sin embargo, quienes la presentan pueden llevar una vida normal si aprenden a controlarla. Para ello, la relevancia de las consultas periódicas a los centros de salud es fundamental, allí se evalúa el nivel de control, realizando un examen físico detallado y en algunos casos una espirometría.
El asma es una de las enfermedades crónicas no transmisibles más comunes que afecta a más de 260 millones de personas en todo el mundo y causa más de 450.000 muertes al año. Según la OMS, la Argentina posee una tasa de mortalidad por la enfermedad del 0,71 por cada 100.000 habitantes.
Si bien la mayoría de las muertes son prevenibles, la falta de disponibilidad o el alto costo de los medicamentos inhalados, especialmente en países de ingresos medios bajos, contribuyen a que el 96% de ellas ocurran allí. Incluso en países de altos ingresos, los costos elevados pueden limitar el acceso a estos medicamentos esenciales. En nuestro país su prevalencia es de alrededor del 10%, según datos del estudio ISAAC (International Study of Asthma and Allergy in Childhood).
Características y síntomas del asma
La enfermedad se caracteriza por la inflamación crónica de la pared bronquial y la constricción de la musculatura lisa, lo que lleva a la estrechez de las vías respiratorias y obstrucción del flujo aéreo, manifestándose con síntomas como tos, sibilancias y disnea. Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y su Comité Nacional de Neumonología se continúa trabajando para concientizar a los profesionales de la salud y a la población, promoviendo el trabajo interdisciplinario y la educación de pacientes y cuidadores para un mejor control y tratamiento.
Los síntomas del asma son:
• Sensación de pecho cerrado u oprimido.
• Dificultad respiratoria (disnea).
• Tos o silbidos (sibilancias) en el pecho.
• Los síntomas son variables, cambian de un momento a otro, siendo esta variabilidad característica de la enfermedad.
Como toda enfermedad crónica, no se cura, sin embargo, quienes la presentan pueden llevar una vida normal si aprenden a controlarla.
¿Cuáles son las causas?
En las personas con asma, los bronquios se inflaman, aumentando el grosor de sus paredes, se estrechan e incrementan la producción de moco. Esto se produce por una respuesta exagerada a ciertas sustancias o situaciones que llamamos “factores desencadenantes”.
Factores desencadenantes
- Infecciones respiratorias virales.
- Humo del tabaco.
- Exposición a irritantes ambientales (humos de cocina, material de limpieza, pinturas, etcétera).
- Cambios climáticos.
- Ejercicio.
- Estrés emocional.
- Sustancias que desencadenan procesos alérgicos, llamados alérgenos: polvo, polen, pelos de animales, ciertos alimentos, colorantes, aditivos, etcétera.
- Algunos medicamentos como la aspirina.
- Factores hormonales (menstruación, embarazo).
- Reflujo gastroesofágico.
Estos factores pueden variar en cada persona, y en uno mismo en distintos momentos. Es importante que se identifiquen cuáles son estos factores que empeoran la enfermedad y se intente evitarlos.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
El diagnóstico de asma se basa en la presencia de los síntomas mencionados, más las pruebas de función pulmonar como la espirometría.
La misma es una prueba no invasiva que mide la capacidad pulmonar mediante el volumen de aire que se expira. Se puede comprobar si existe obstrucción de los bronquios, así como su intensidad. También se puede medir la variabilidad del flujo máximo mediante un pico flujo (aparato portátil) que permite constatar la capacidad pulmonar de la persona y estudiar las variaciones.
¿Cuáles son sus principales complicaciones?
El asma mal controlada da lugar al desarrollo de crisis asmáticas que, en ocasiones requieren internación e incluso pueden comprometer la vida de la persona.
¿Cómo se realiza el tratamiento?
– El tratamiento preventivo, incluye las medidas preventivas y los medicamentos de uso diario si están indicados.
– El tratamiento de rescate, es la medicación indicada cuando los síntomas empeoran.
Para un buen manejo del asma, es importante:
- Si fuma, dejar de hacerlo.
- Conocer los factores desencadenantes.
- Conocer los síntomas y cómo controlarlos.
- El uso correcto de los inhaladores para el tratamiento.
- Recibir las vacunas para la gripe y neumonía.
- Reconocer cuándo consultar por guardia, ya que se evitan complicaciones.
La importancia del seguimiento
Es conveniente realizar consultas periódicas al centro de salud para evaluar el nivel de control del asma, un examen físico detallado y una espirometría cuando sea necesaria.
Fuente:
– Comité Nacional de Neumonología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).