¿Qué deben comer los chicos en invierno?

Con la llegada del invierno, es necesario mantener una dieta apropiada para los chicos que contribuya a combatir las bajas temperaturas de esta estación. Sopas y alimentos ricos en grasas saludables pueden ser una buena opción para la obtención de una adecuada ingesta calórica.

Alimentos para combatir el frío


Las clásicas sopas, caldos y consomés suelen ser del agrado de los pequeños de la casa. Guardar el caldo del cocido para añadirle unos fideos es no solo una manera de ahorrar tiempo a la hora de preparar la cena de los más pequeños, sino que además son un plato ideal para los días de frío, ayudando con la hidratación de los niños. Además, estos caldos, así como otros, de verduras o de pollo se pueden consumir con arroz, algo a tener en cuenta para los niños intolerantes al gluten. Obviamente, conviene tener cuidado con la temperatura para evitar quemaduras a la hora de ofrecer el plato a nuestros hijos. 

– Las legumbres son otro de los platos de cuchara que, por consumirse calientes, son ideales para entrar en calor. Sus principales ventajas son el ser bajas en grasa y ricas en fibra y minerales, además de contener una proteínas de alto valor biológico, sobre todo si se combinan con cereales.

– Alimentos ricos en grasas saludables como el pescado, incluyendo salmón, atún/ sardinas, contiene además ácidos grasos esenciales, los conocidos omega 3, de gran beneficio para el organismo. 

– Un pobre aporte de hierro se relaciona con manos y pies fríos, por lo que las carnes magras, así como otros alimentos ricos en hierro (espinacas o brócoli, por ejemplo) son muy importantes en el menú invernal. 

– A la hora del desayuno, y para conservar el calorcito que el cuerpo acumula durante el descanso nocturno, algún cereal integral consumido con leche caliente, son perfectos. Es más, un buen vaso de leche caliente es un remedio clásico y rápido para entrar en calor, además de proporcionar calcio, indispensable para asegurar el crecimiento de los más pequeños. 

– Frutas como la naranja o el tomate, son ricos en vitaminas y en antioxidantes, protegiendo las células; mientras que el plátano, rico en vitaminas del grupo B y magnesio, ayuda a las glándulas encargadas de regular la temperatura corporal. 

– El ajo y la cebolla son algunos de los ingredientes que no pueden faltar en la dieta durante los meses de invierno, teniendo además componentes protectores, como la alicina del ajo, un antibiótico natural que puede ayudar al sistema inmune infantil. El jengibre contiene también ingredientes protectores para la garganta, además de tener propiedades expectorantes, muy útil para combatir infecciones en invierno.

Servicio de Nutrición del Hospital Garrahan 

En el Garrahan se realizan periódicamente diferentes testeos para evaluar el grado de aceptación de la comida por parte de las niñas, niños y adolescentes y sus familias. Los resultados son favorables y demuestran la importancia de tener en cuenta el sabor para alcanzar un buen nivel de satisfacción, contribuyendo esta experiencia sensitiva con los trabajos que realiza el Hospital con el fin de optimizar la experiencia de las y los pacientes internados. 

En el área de Alimentación trabajan 20 personas en el laboratorio de elaboración de fórmulas y centro de lactancia materna, 21 nutricionistas que intervienen en los sectores, 7 becarias y becarios, 3 administrativos y 150 especialistas en los sectores de producción de alimentos no solo para las y los pacientes y sus familias, sino para el comedor del Hospital que está disponible para todas las trabajadores y trabajadores. 

Nutrición en los chicos con Diabetes tipo 1 

El programa de alimentación es uno de los aspectos determinantes en el tratamiento de la diabetes. Las recomendaciones y principios están basados en las recomendaciones para una alimentación saludable para niños y la familia, deben ser individualizadas y adaptadas para respetar los patrones culturales y tomar en cuenta los hábitos y el estilo de vida de los niños y la familia. Además, un/a Licenciado/a en Nutrición con formación en pediatría y en diabetes debe integrar el equipo de salud para la implementación y educación nutricional de la familia. 

La terapia nutricional, cuando se la integra a los otros componentes del cuidado, específicamente terapia insulínica y actividad física, puede ayudar a mejorar el control metabólico. Los fundamentos de la terapia nutricional no difieren de los objetivos para los niños sin diabetes y éstos son proveer calorías y nutrientes para el crecimiento óptimo del niño, cuidar el estado de salud nutricional y prevenir obesidad y complicaciones micro y macrovasculares. Es fundamental evitar las dietas restrictivas porque pueden poner en riesgo el crecimiento, ser causas de deficiencias nutricionales y condicionar trastornos alimentarios.

Como los objetivos centrales son garantizar el crecimiento normal y la prevención de obesidad es fundamental monitorear en el seguimiento clínico el crecimiento, el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de cintura. Cuando se implementa el programa nutricional se debe lograr el balance entre la ingesta, los requerimientos y el gasto de energía con los perfiles de insulina para alcanzar el mejor control metabólico.

Los pediatras que atienden niños con diabetes se basan en las guías de ISPAD (International Society for Pediatric and Adolescent Diabetes), que en su última versión (2018), para el manejo nutricional recomiendan: 

-Aporte calórico individualizado de acuerdo a las recomendaciones para edad, tasa de crecimiento y actividad física y suficiente para alcanzar un crecimiento óptimo y mantener un peso corporal normal. 

– Distribución de macronutrientes individualizada. Como orientación sugiere hidratos de carbono 45-55%, moderando la ingesta de sacarosa (azúcar) hasta un 10% del total de energía. Las fuentes de hidratos de carbono deben ser harinas integrales, cereales, legumbres, frutas y vegetales y productos lácteos semidescremados, excepto para los niños menores de 2 años, en los que no está indicado limitar grasa láctea. Dado que la cantidad de hidratos de carbono es una de las variables más importantes de la elevación de glucemia post comida, se debe educar a los pacientes en algún método para calcular/ contar los hidratos de carbono de cada comida. Este es un método esencial en los regímenes de reemplazo fisiológico de insulina, que en general se hace con dos tipos de insulina, una lenta que se denomina “basal” y una de acción rápida para cubrir la comida, que se denomina “bolo”. El índice glicémico y la carga glucémica pueden ser dos herramientas incorporadas a la educación nutricional para mejorar la elevación glucémica de las comidas. El índice glicémico es un número con el que se categoriza a los hidratos de carbono o alimentos y que indica el efecto que los mismos tienen sobre la glucemia. En la práctica clínica es usado como una herramienta, enseñando el concepto, y no como un método aislado. Mientras que el índice glucémico indica la rapidez con la que los hidratos de carbono de un alimento determinado se transforman en glucosa, en cambio la carga glucémica informa la cantidad de hidratos de carbono que proporciona un alimento determinado. 

– El objetivo principal en relación a las grasas en la práctica clínica es que la cantidad de grasas saturadas, los ácidos grasos trans y la cantidad de grasas totales no excedan las recomendaciones para la población general, incluida la edad pediátrica. Deben proveer no más del 30-35% de las calorías, con < del 10% de las grasas saturadas. La calidad de las grasas se puede mejorar sustituyendo las grasas por ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva, girasol) y poliinsaturados (nueces, aceite de maíz). 

– Las proteínas deben cubrir el requerimiento de 2 g/kg para niños de primera infancia, 1 g/kg para niños de 10 años y 0,8 a 0,9 g/kg para adolescentes. Las principales fuentes son las carnes, prefiriendo cortes magros y estimulando el consumo de pescado, los lácteos con bajo contenido graso y las proteínas de origen vegetal como las legumbres. 

– Uso de fibras solubles. El uso de fibras solubles contenidas en los alimentos son útiles para el control glucémico y especialmente para reducir absorción de lípidos. Se deben recomendar alimentos con alto contenido en fibras como legumbres, frutas, vegetales y cereales integrales. Como los alimentos más procesados tienen menos contenido en fibras, cuando se implementa la dieta para un niño diabético se deben aconsejar comidas menos procesadas. Una guía para estimar la cantidad de fibras (gramos por día) para niños mayores de dos años es la edad en años más 5. Por ejemplo: 8 + 5 = 13 gramos de fibras por día. 

– Cubrir las recomendaciones de micronutrientes con la alimentación. Las recomendaciones para vitaminas y minerales son las mismas que para los niños sanos. No hay evidencia de que un niño con buen control metabólico y alimentación completa requiera ningún suplemento. 

Para poner en práctica las recomendaciones es imprescindible la educación nutricional implementada desde el debut o inicio de la diabetes. La escuela también puede ampliar y brindar herramientas que faciliten la educación del niño o adolescente y la familia. Una de ellas, de gran utilidad, es el modelo del plato saludable como el de la Joslin Diabetes Center; mientras que para aprender a contar hidratos de carbono hay distintos materiales. 

Especialistas en diabetes del Servicio de Nutrición del Hospital de Pediatría S.A.M.I.C. “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”, con el apoyo del laboratorio Sanofi, desarrollaron una aplicación dirigida a niños o adolescentes y su familia para calcular la ingesta de hidratos de carbono.

Una premisa fundamental para adherencia al programa nutricional es el desarrollo de una fuerte relación entre el niño o adolescente, el equipo de salud y los padres, que va a facilitar el desafío que implica la aceptación de los cambios imprescindibles para el tratamiento de un niño o adolescente con diabetes. 

Fuentes 

-Dra. Carmen Sylvia Mazza. Pediatra, Consultora del Servicio de Nutrición del Hospital de Pediatría S.A.M.I.C. “Prof. Dr. Juan P. Garrahan” 

– Servicio Nutrición Hospital Garrahan 

-Guía Nutrición Infantil